Apoyar a los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta en su visión de ordenamiento ancestral es por supuesto ayudar a proteger su territorio, es dar vida a su cultura, pero también es crear oportunidades para el intercambio de ideas contrarias entre dos formas de aprehender el mundo, el suyo y el nuestro. Su visión del mundo y de las cosas ofrece respuestas diferentes a las nuestras. Para ellos no hay separación entre el hombre y la naturaleza, desconocen la idea misma de naturaleza que marcaría una distinción, una separación. Consideran que forman parte de un todo complejo en el cual todos los componentes, grandes o pequeños, visibles o invisibles, interactúan constantemente entre sí. Para ellos, el territorio es como una persona y el orden del cuerpo humano se lee como reflejo y conexión con el orden del territorio.
Se sienten responsables del equilibrio y la armonía de la tierra, de la vida. Un equilibrio que viene del macrocosmos, la tierra, el universo, al microcosmos, el hombre. Su conocimiento, enriquecido durante cientos de años, tiene un solo objetivo: preservar este equilibrio y ayudar a los hombres a encontrar su camino. Mantener este equilibrio “natural”, fruto de una fuerte relación entre el hombre y lo que llamamos naturaleza, da como resultado un “orden” social, político y sobre todo interno de cada ser humano. No es un orden basado en una ideología impuesta desde el exterior, sino un equilibrio “interno” basado en una visión del mundo compartida por todos los miembros de la comunidad.
Mientras permanezca el vínculo entre el hombre y la naturaleza, la responsabilidad permanecerá; mientras la responsabilidad colectiva permanezca, los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta: Kággaba (Koguis), Iku (Arhuacos), Wiwa y Kankuamo, podrán seguir siendo indígenas, no como un fin en sí mismo, sino como una elección, porque en su cultura, su supervivencia depende del equilibrio del mundo. Para ellos, esta es una lucha contra su desaparición y contra la desaparición del mundo. Es el significado que dan a su existencia lo que diferencia a estos pueblos y su asombrosa durabilidad frente a nuestras sociedades occidentales.